ORIGEN DE ESTA TRADICIÓN. Elena significa: "antorcha resplandeciente". Esta gran santa se ha hecho famosa por haber sido la madre del emperador que les concedió la libertad a los cristianos, después de tres siglos de persecución, y por haber logrado encontrar la Santa Cruz de Cristo en Jerusalén. La costumbre de venerar la Santa Cruz se remonta a las primeras épocas del cristianismo en Jerusalén. Esta tradición comenzó a partir del día en que Santa Elena encontró la misma cruz en la que murió Nuestro Señor. Elena fue la madre del emperador Constantino el Grande. Nació en Bitinia en el año 247 y murió en Roma en el año 329. Su vida fue muy humilde, trabajando en su hacienda de hostelera, hasta que su padre fue nombrado César. Elena era cristiana ferviente. Tenía sueños sobre la Cruz de Cristo y una vez que su hijo fue nombrado Emperador Romano pudo realizar su apasionado deseo de buscar, hasta encontrar, el propio Madero Santo donde fue ajusticiado el Salvador en Jerusalén, en donde se solían enterrar las cruces de los ajusticiados. Desde su hallazgo, la cruz, instrumento odioso de muerte (y más odiado que cualquier otro, pues se asignaba a los mayores crímenes) se convirtió para los cristianos en el signo glorioso de victoria, pues en esa Cruz, Jesucristo, con su muerte por amor a la humanidad, venció (perdonando graciosamente) la maldad humana que le crucificaba, y con su resurrección, quedó vencida definitivamente la muerte. Reliquias de la Vera Cruz. Fueron extendiéndose trocitos muy pequeños para ser venerada en todo el mundo. En nuestra Diócesis de Cartagena, hay cuatro pueblos que tienen una de estas Santas reliquias. En Ulea tenemos la dicha de ser uno de estos pueblos. Nuestra Vera Cruz fue concedida a la Parroquia de San Bartolomé de Ulea por el Papa Julio II en el año 1505.