En Abril actual pasamos ya el ecuador del "A帽o de la Fe" proclamado por el Papa Benedicto XVI el pasado mes de Octubre. A las puertas de nuestras fiestas a la Santa Cruz, ante nuestra "Reliquia-Patrona", la peque帽a astilla ("Lignum Crucis") que veneramos los uleanos como propia del mismo madero en que muri贸 crucificado nuestro Salvador, Jesucristo; ante 茅se, nuestro mayor tesoro que ha mantenido la fe de nuestro pueblo, yo, me arrodillo, y quiero renovar hoy mi m谩s profunda profesi贸n de fe. S铆, Creo en la Santa Cruz de Cristo como sacramento de nuestra Salvaci贸n, pues en ella se derram贸 la sangre, ofrenda 煤nica que agrad贸 a Dios Padre como reparaci贸n por nuestros pecados. En ella se consum贸 el Sacrificio del m谩ximo amor de Dios por nosotros: Tanto nos am贸 el Padre que nos entreg贸 a su Hijo...y tanto nos am贸 el Hijo que se ofreci贸 en sacrificio por nosotros, hasta la muerte, "y muerte de Cruz". Por eso, ante ti, Santa Cruz, repaso con profunda devoci贸n el Credo: ..."Creo en Jesucristo..., que fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato, muerto y sepultado...". Creo que la Cruz que empap贸 su sangre sigue siendo para nosotros, los humanos, el signo alzado de nuestra salvaci贸n. 隆Oh, Cruz, t煤 nos salvar谩s!. Creo en la Cruz que a Jes煤s de Nazaret le hizo temblar, no s贸lo al contemplar su sombra ya en el Huerto de los Olivos la noche tr谩gica de su prendimiento... sino a lo largo de su vida, cargando a sus espaldas el peso de nuestros pecados: olvidos, injurias, desprecios, acusaciones falsas... hasta el abandono total en la cruz, ... y hasta el dolor supremo de la muerte. Creo en la cruz que sigue acompa帽谩ndonos en nuestras vidas humanas (pues por "humano" la asumi贸 el Se帽or), y que 脡l prometi贸 ayudarnos a llevarla. Creo en la cruz que sobre todo nos causa el peso de nuestros pecados que nos hunden en el fracaso y el da帽o entre hermanos. Creo en la cruz del "pecado social" que ocasiona los consabidos males de guerras, maltratos, enga帽os, abusos...y sus efectos de injusticias, atropellos, enfermedades y hasta muertes, de hermanos contra hermanos... Creo que esa cruz, la de nuestros males actuales, la permite el Se帽or para que, mirando su crucifijo, aprendamos a perdonarnos y a dedicarnos a hacer el bien, am谩ndonos como 脡l nos am贸 y nos ense帽贸.. Pero sobre todo, creo tambi茅n que la cruz no es el final, sino s贸lo el medio "necesario" para poder morir como el grano de trigo y dar fruto. Que la cruz, que lleva hasta la muerte, no es "el final", sino "la puerta" que nos abre a la "vida aut茅ntica y definitiva" con Cristo, vencedor del pecado y de la muerte. Por eso, el Credo, despu茅s de la confesi贸n de que Cristo "muri贸 y fue sepultado", contin煤a reafirmando lo que es la verdadera y 煤nica raz贸n de nuestra fe, del glorioso don de nuestra fe: que Cristo venci贸 a la muerte, resucitando, y al pecado, perdon谩ndonos y destruy茅ndolo para siempre. Y ah铆 tambi茅n, ante mi "Cruz Salvadora", la fuerza de mi profesi贸n de fe: S铆, "creo que al tercer d铆a (de su muerte) 隆Cristo resucit贸 de entre los muertos, subi贸 a cielos, y est谩 sentado lleno de gloria a la derecha del Padre!. Creo firmemente en esa victoria sobre todos nuestros males en la tierra, y sobre la muerte. Porque creo en el Esp铆ritu Santo, en la resurrecci贸n de la carne. Y en la vida eterna. S铆, creo firmemente en el Cielo que nos est谩 preparado para una vida eterna y de infinita felicidad, participando de la propia vida de Dios...Esa es mi fe, ante mi Santa Cruz, que ya para m铆 no es signo de muerte, sino de vida, 隆De Vida eterna con Dios! Un sacerdote que, enfermo de c谩ncer muri贸 hace unos a帽os, y que adem谩s era periodista y poeta, ya a las puertas de su propia muerte escrib铆a: ..."Morir s贸lo es morir, / morir se acaba.../ Morir es una hoguera fugitiva,/ es cruzar una puerta a la deriva... 隆y encontrar lo que tanto se buscaba"!. (Este cura, se llamaba, Jos茅-Lu铆s Mart铆n Descalzo, -periodista de la Iglesia espa帽ola en el Concilio Vaticano II)